lunes, 29 de noviembre de 2010

Rojo y Azul


Siempre en secreto. Cada vez que hablaban sobre ellos mismos, era en secreto.

Un ella y un él les camuflaban… Camuflaban la belleza que les unía.

Pero ambos eran conscientes de ello. Aún así, siguieron comportándose como si nada… Camuflándose… Y sabiendo que eso era inútil ya que ambos se conocían.

Y por fin, aquel día, ese anonimato del que ambos eran conscientes, desapareció. Ella cobró nombre y rostro. Él también. No era un secreto, pues, eran conscientes.

Pero que sonido más bello, aquel que hizo que ambos pudiesen tener nombre. Que ambos se hablasen por fin de “tú”…

Dejaron la belleza de la poesía del desconocimiento para adentrarse en una nueva… Otro arte, pero sin hacer que esta belleza disminuyese.

Sí… Ambos permanecerán unidos. De una forma u otra, eso será lo de menos mientras que las dos almas permanezcan unidas… Tal y como llevan desde el momento en que crearon contacto. Tal y como llevan desde el momento anterior a verse los rostros… Tal y como llevan desde que sintieron que sus almas estaban conectadas, unidas.

Ahora, la Flor tiene sus pétalos elevados hacia ese nuevo Sol que apareció ante ella, ese Sol que la hizo dejar de morir… Mientras que escucha los trinos del Ave, aquellos trinos que no la abandonan… Aquellos trinos que comparte su alma…

La Flor, entre dos colores… El Azul representando al Ave, a sus Almas… Y el Rojizo mostrando al Sol, ese Sol que la ayudó a Renacer.

Ambos importantes… Ambos necesarios… Uno comparte su Amor y el otro su Alma.


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