martes, 25 de agosto de 2015

Todos somos humanos

Internet es ese medio por el cual, entre otra cosas, nos enteramos de cosas que de otro modo no habría sido posible. Gracias a las redes sociales, tanto noticias como vídeos logran volverse virales.

El por qué de esta entrada está en un vídeo que vi gracias a una de las redes sociales más usada, Facebook. En este vídeo se observa cómo una mujer logra pasar con éxito por una serie de pruebas físicas, la siguiente más dura que la anterior, para ganar un concurso. Bastante gente de mis contactos compartió dicho vídeo y, echando una vista a los comentarios generales, no faltaban aquellos donde se decían cosas tales como:

"¡Espectacular! ¡Para nada son [somos] el sexo débil!
"¿Sexo débil? ¿Dónde?"
"¡Y dicen que la fuerza es sólo para los hombres!"

Y un largo etcétera.

Vivimos en una época en la que (se supone) ya se acepta que la mujer y el hombre comparten el hecho de ser humanos y que ambos pueden realizar las mismas ocupaciones, ya sean de trabajo o de hobbie.
Pero hay una cosa que es innegable.

El factor de la fuerza suele destacar más en un hombre que en una mujer; mientras, en esta, la facción que suele destacar es la flexibilidad. En un hombre también suele haber más resistencia; en la mujer, agilidad... Con esto, me formulo un par de preguntas. ¿Por qué a una mujer que ha desarrollado sus habilidades innatas no se la trata como "¡Para nada son el sexo débil!" y por qué a un hombre que ha desarrollado, por ejemplo, gran flexibilidad, no se le trata como "¡Y luego dicen que la flexibilidad es sólo para las mujeres!"?
¿Acaso deportes y artes como el ballet son "débiles", sobre todo si la persona que lo realiza es un hombre?

El ser humano ha avanzado mucho en las últimas décadas, pero aún no se acepta que una mujer sea culturista y que un hombre haga gimnasia rítmica. No hace falta reaccionar con asco antes tales escenas, simplemente con hacer comentarios sexualizados (olvidando aquello que puse más arriba: "ya se acepta que la mujer y el hombre comparten el hecho de ser humanos") se puede ver cómo aún no se ha dejado de sexualizar las ocupaciones de cada individuo.